A primera vista, se puede pensar que el conocimiento de estos
algoritmos y estructuras de datos no tienen una aplicación práctica
inmediata. Sin embargo, su conocimiento y correcta aplicación sirven
para producir programas mejores, en el sentido de que aprovechan mejor la memoria
del sistema, son más rápidos, eficientes, robustos y tolerantes
a fallos.
Las aplicaciones de estos algoritmos en algunos casos son inmediatas;
por ejemplo, hallar el trayecto más corto entre dos estaciones es algo
que interesa a muchos viajeros del metro y se pueden obtener aproximaciones
bastante buenas del mundo real utilizando algunos de los algoritmos que obtienen
distancias mínimas. Otros algoritmos sirven para procesar cadenas, lo
cual sirve de base para analizadores léxicos o algoritmos criptográficos,
por ejemplo.
Además, tener conocimientos adecuados de algoritmia y
estructuras de datos facilita el poder pasar de un lenguaje de programación
a otro con mucha mayor facilidad: puesto que ya se tiene la base, sólo
hace falta superar las dificultades técnicas particulares de cada lenguaje. |